La piel, nuestra piel tiene numerosas funciones. Primariamente, es un órgano protector de nuestro cuerpo. Sin una piel completa moriríamos pronto de infección o shock alérgico (choque anafiláctico), pues la piel protege al cuerpo de daños e ingresos de agentes externos como los químicos, de temperaturas extremas y de microorganismos.

La piel no sólo secreta substancias antimicrobianas, sino que también abriga una comunidad de bacterias amistosas naturales. Estas bacterias residentes protegen a la piel contra la invasión de microorganismos enemigos, manteniendo un ambiente poco favorable para ellos.

La piel también juega un papel importante en el control de la temperatura, puesto que las glándulas sudoríparas pueden regular la excreción de agua. Es a través de la piel que tenemos contacto físico con nuestro ambiente, pues su área total es rica en terminales de nervios sensitivos. Vale la pena destacar que, en el embrión humano, la piel nace de la misma fuente que el tejido nervioso. Este origen en común apunta hacía la estrecha relación entre la piel y el sistema nervioso, una relación que puede ser vista como una manifestación física de la relación entre nuestro ser interior y la forma en que es reflejado hacía el mundo.

     AROMAS PARA NUESTRA PIEL

    PSORIASIS:        Bergamota, Lavanda.

    CASPA:               Cedro.

    ECCEMA:           Camomila, Bergamota, Geranio, Enebro.

    ACNÉ:                 Cedro, Enebro, Camomila.

    FORÚNCULOS: Camomila, Salvia Esclarea, Lavanda.

    VERRUGAS:      Limón.